15.9.09

La Mala va a juicio

En Tribunales este tipo de causas siempre quedan acumulando polvo por más tiempo del que deberían. Pero un buen día el Juzgado N° 31 decidió que era momento de poner en marcha el proceso. Dijeron que habían tardado tanto porque por error habían mandado la causa a un juzgado de menores. Ahora, había pasado tiempo más que suficiente para reunir las evidencias.

Iniciado el juicio, la Mala había pasado al estrado. Llevaba un saco marrón, jeans, botas, y el pelo atado de manera que se veía cada expresión de su cara. Se la acusaba de intento de asesinato agravado.

La víctima mostró sus cicatrices. Tenía una marca profunda que giraba en torno a toda su garganta. Además como prueba tenía un arma blanca con las huellas de la acusada.

La Mala explicó que la noche del presunto crimen, ella y la víctima se encontraron envueltos en una situación violenta en la que ambos fueron partícipes. Que la herida en la garganta era anterior a la pelea, y que simplemente se había abierto durante el forcejeo. Agregó que si bien estaban sus huellas dactilares, la blanca no era de ella.

Los miembros del jurado pidieron evidencias a la Mala de la participación de la víctima en la pelea. Si ambos participaron, ella debía tener alguna cicatriz.

La Mala dijo que tenía heridas, pero que cambió de piel, por eso no eran visibles.

El jurado decidió condenarla a la hoguera, ya que sólo las serpientes son capaces de cambiar de piel.

Y así una tarde de verano, la Mala ardió para la multitud. No gritó mientras se llenaba de magulladuras. Sonrió, como en los viejos tiempos de pieles rotas.

“Donde hubo fuego heridas quedan”, claro…

8 comentarios:

  1. Genial, me gustó mucho…
    Debe ser por eso de que siempre me gustaron las chicas malas (las buenas son manipulables y eso aburre). Recuerdo que tuve la oportunidad de ser abogado defensor de dos de ellas (malas hasta consigo misma), una resultó redimida tras el juicio, la otra nunca llegó a él (tuve que matarla por que cometió el error de acercarse demasiado… ja).
    Brindaré con una noche en vela su vuelta al blog… y si me enjuician por no bajar la música, me declararé culpable solo si me incineran en la misma hoguera que a “la mala”…
    Ahí se ve señorita… no me extrañe (no cometa “ese error”, jaja)… ¡Hasta pronto!

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  2. a las malas nadie las quiere pero son inolvidables!

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  3. la Mala siempre vivirá en nuestros corazones rotos!

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  4. Dos cosas, si me permite (sino elimine el comentario)

    La mala siempre vivirá en el deseo incontenible… es el ardor lo que la mantiene viva.
    Las malas nunca se olvidan por que se aman, por que se desean, solo a ellas… a las demás uno se acostumbra… dichosos quienes tengan todavía a su mala.
    Au revoir mademoiselle Jacqueline.

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  5. Sabés, este relato me recordaba algo y no terminaba de darme cuenta que: y navegando por la Web, me di cuenta de que era... es un poema de Mario Benedetti, se llama "Señales de humo", leelo cuando puedas (es gracioso, por que es, a mi modo de ver, el mejor poema de Benedetti y me hizo recordarlo tu relato)... igual, te dejo una partecita:

    de todo quedan huellas / pistas / trazas
    muescas / indicios / signos / apariencias
    pero no te preocupes / todo es nada
    son señales de humo / apenas eso

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  6. Quien podra quitarnos la espina del pasado que se nos clava al intentar ciegamente cortar las rosas del recuerdo de nuestro jarin...Besote para quien sabe que la quinta pata del gato es de lana.

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  7. Me hiciste acordar un poco al querido Noble "y te quedaste comiendo las migas de las sobras de la vianda del olvido?!"

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  8. Puede ser que adolescan de la misma tonalidad... jejejeje
    Salut!

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